Anda un poco rara la parrilla televisiva ultimamente. La primavera anticipada se ha convertido en una transición televisiva legislada por el baile de recortes en el caso de la cadena pública, blanqueamiento de política en la cadena de Planeta y un "envejecimiento consentido" del buque capitaneado por el señor Vasile. La cadena de Fuencarral, anda un poco a la deriva. Su parrilla no pasa por su mejor momento y sus rivales lo saben. Telecinco, parece haberse dormido un poco en el camino, olvidándose de seguir caminando, decidió en su día vivir de rendimientos pasados, cada vez menores. Uno de estos rendimientos antiguos es el caso que nos atañe hoy:
Sálvame
Recuerdo los principios del espacio vespertino, cuando de la boca de algunos y de plumas muy bien reputadas de este país, salían expresiones llenas de calificativos etiquetando al programa de innovador, sorprendente, revolucionario... esas mismas opiniones ( hoy desaparecidas) sólo hablan de recortes y de temas de máxima actualidad social.
Cierto es, que el programa, se ha ido sumergiendo en unos pozos muy pantanosos repletos de demasiado fango. Arenas movedizas desde donde, muy de vez en cuando, saca la cabeza para intentar darle un giro diferente al formato ( giros que no duran más de 24 horas). Cambios de rumbo en busca de aquella innovación, que en pasados no muy lejanos, lucían en lo alto del formato ondeando en su bandera.
Tal vez, el error que provoca la situación actual, no esté solamente en esa bajada a los infiernos. Creemos que el error está en lo que vamos a denominar como: El síndrome del ganador.
Sálvame ha sido un formato que llegó, vió y venció. Nació como un formato post-reality. Por aquel entonces el reality de los "náufragos famosos" era conducido por un Jesús Vázquez magnifico, fresco, divertido, con un notable éxito en Prime Time. Tras aquel espacio, aparecía en pantalla J J.Vazquez animando la "hora más golfa" con un programa lleno de "totales" del reality que acabábamos de ver.
El espacio fue creciendo y ampliando los contenidos: tertulianos, familiares, careos de ex-concursantes...tal fue así que paso a llamarse Sálvame golfo. Las audiencias de aquel pequeño proyecto, destacaban semana tras semana. El éxito fue claro.
En televisión, muy a nuestro pesar, el éxito siempre va ligado a la palabra audiencia ( directamente) y al tiempo (indirectamente). Si un proyecto consigue recolectar un número destacable de telespectadores, podríamos denominarlo éxito ( directo ); si además lo hace en poco tiempo, es un gran éxito.
Sálvame lo hizo. Aquel programa de sesión golfa, alcanzó audiencias enormes en poco tiempo. Tal fue así que, gracias a aquellos días de gloria, hicieron que naciese un Sálvame en horario Vespertino, pasando a denominarse Sálvame Diario. Más tarde, y con la única idea de abordar al espacio rosado de Quarzo DEC, y con la audiencia de su lado, nacería Sálvame Deluxe.
La familia fue creciendo en amor y armonía. La audiencia, cada día más numerosa, se iba subiendo a un carro divertido, ameno, diferente; la familia Sálvame empezó a comerse a todo sus rivales.
Todas y cada una de las acciones de sus competidores, no servían de nada.
Se me viene a la cabeza aquel programa-plagio llamado "La Jaula" que duró medio suspiro y que ofrecía un circo igual al de Telecinco pero más low cost. La cadena de Planeta, se sacó de la manga aquel formato para frenar el efecto del espacio producido por la fabrica de la tele, no sirvió de nada...
Y así, éxito tras éxito, fueron pasando los días, las semanas, las temporadas, los años... Aparecieron nuevas secciones, nuevos diseños, nuevos triunfos ( difunto DEC), nuevos colaboradores ( ZOMBIES rescatados del difunto DEC), nuevas reporteras e incluso nuevas imágenes de los rostros habituales ( cirugías previo pago de su importe o cirugías gratuitas bajo reclamos publicitarios). Todo era alegría y diversión en el circo de la tele.
Pero un día, la audiencia dejó de comprar entradas para esas sesiones circenses, y donde antes veía diversión, empezó a ver peleas de barrio o disputas de señoras en cualquier mercadillo ( insultos incluidos en horarios protegidos). Todo cambió. Donde antes había una política del "todo vale" ahora, con esa política ineficaz, había que sacar otra a la palestra, volver a encontrarse con la palabra mágica que tantas tardes de gloria les había dado: INNOVAR
Pues bien, en eso andan nuestros amigos de La fabrica de la tele.
Ese es el motivo de estas letras y ese es el motivo por el cual, como espectadores, hemos pasado a ser de aquellos que ya no compran más entradas para sus sesiones.
Me explico: El viernes pasado, ya con la noticia del despido de la reportera Chiqui Martinez masticada ( tampoco era muy grande la perdida, la chiquilla hacía su trabajo y punto) nos enteramos que ese despido no era por motivos de crisis, sino más bien por dos contratos que están fraguándose en despachos anexos al propio plató. Uno, la vuelta de Adriana Albenia ( nunca entendimos porque se había ido, nos gustaba) y dos, y el más preocupante de todos, el fichaje de la "innombrable" A.Nizar.
Pusimos el grito en el cielo, no entendíamos como alguien para reflotar y recuperar audiencia fuese capaz de contratar a tal esperpento, tal residuo absurdo de la televisión que lo único que hacía, en el ente era degradarlo.
¿Pensais, muy señores míos, que la audiencia pide esto?
Si es así, humildemente creo que estáis muy equivocados. Entendemos que Adriana es una imagen fresca y con carisma, pero la innombrable no. No aporta ni tiene nada,tirando del refranero, por no tener no tiene ni vergüenza. Son tantos los casos abiertos de esta individua ( dentro y fuera de los tribunales) que da tembleque televisivo solo hablar de ella. No entendemos nada. Sólo observamos y desde esa visión que nos dais, nos preguntamos, ¿Que fue de aquellas personas que fueron testadas como colaboradoras en vuestros formatos? ¿Maria Jimenez, Terebere, Marujita, Juanito el Golosina, Barbara Rey, Abel Arana...? Cualquiera de ellos sería millones de veces más divertido, más ameno y con más enganche que la tan poco carismática A.N.
En fin, desde aquí, sólo nos queda pedir, por el bien de la humanidad, que recapaciten. El viernes un 15% tampoco fue un dato del otro mundo. Quizás las reposiciones de Mota estén muy vistas, quizás Victor Sandoval estuviese muy gracioso...no piensen que fue obra de la innombrable. Sería un gran error, porque si así fuese, volviendo a tirar del refranero, una golondrina no hace verano.
Piénsenlo recobren el espíritu perdido.
BESOS DE LACRITICADELATELE.
VEAN MUCHA TELE
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